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¿Cómo evitar y detectar la leishmaniosis canina?
Lo primero que debemos saber y dejar claro es que la leishmaniosis canina es una enfermedad grave que puede llegar a causar la muerte a nuestras mascotas. La enfermedad parasitaria se trasmite por la picadura de los mosquitos (hembras y pertenecientes al género Phlebotomus o Lutzomia), al picar en primer lugar a un perro que ya tiene esta enfermedad y picar posteriormente a uno sano. Teniendo en cuenta que la leishmaniosis, como se ha mencionado anteriormente, puede ser una enfermedad mortal, la mejor de nuestras armas para combatirla y no tener que enfrentarnos a un desenlace fatal, es la prevención.
La leishmaniosis canina se da en mayor medida en regiones cálidas y, al igual que en el caso de las pulgas y las garrapatas, el mayor número de casos suele darse desde primavera hasta otoño y, cuando debemos de extremar las precauciones (al igual que en el caso de las personas con los mosquitos «normales») es en los atardeceres, amaneceres y durante la noche (cuando refresca). Todas las razas de perros pueden verse afectadas por la leishmaniosis, es una enfermedad que no hace distinciones. Al producirse la picadura del mosquito en el perro sano, el insecto trasmite los parásitos que afectan a la células blancas, encargadas de activar los mecanismos defensores del organismo, quedando así el animal desprotegido.
Un perro puede llevar infectado de leishmaniosis semanas, sin que hayamos detectado cambios en su comportamiento o salud. Esto puede ser debido a que el período de incubación de la leishmaniosis puede alcanzar un período de varios meses o bien porque en algunos perros pueden no presentar síntomas en un primer momento.
¿Cómo saber cuándo nuestro perro puede sufrir de leishmaniosis canina?
Además de la falta de apetito, acompañado con fiebre, la leishmaniosis canina afecta mayormente a zonas denominadas «blandas» en el aminal (ojos, oídos, nariz) por lo que deberemos estar atentos a si sufre pérdida de pelo en estas zonas, hemorragias nasales… En general, podremos ver como nuestro perro se «apaga» mostrando debilidad y apatía. Suelen ser comunes también, además de pérdida de pelo generalizada, alteraciones cutáneas como sequedad en la piel, caspa, úlceras o laceraciones… En los casos más graves comenzaremos a notar insuficiencia renal o inflamaciones.
El único que va a poder decirnos si efectivamente nuestro perro sufre de leishmaniosis canina será el veterinario que deberá realizar una serie de pruebas clínicas para determinar el diagnóstico y su tratamiento. Como en casi todos los casos de enfermedades graves un diagnóstico precoz hará más efectivo el tratamiento. Los perros enfermos de leishmaniosis no se curan, se trata pues de una enfermedad crónica que se puede frenar y paliar el avance de la enfermedad, en la que nuestro perro tendrá épocas mejores y otras peores, cuando sufra recaídas.
¿Cómo prevenir la leishmaniosis canina?
En el caso de los parásitos que pueden afectar a nuestro perro la mejor de las iniciativas que podemos tomar es la prevención. Además de una vacuna, de la que no deja de haber defensores y detractores por sus efectos secundarios, que se puede administrar a los perros para que sean más resistentes al ataque de estas enfermedades, es aconsejable mantener lejos de ellos a los mosquitos causantes de esta grave enfermedad. Si no les pica el mosquito, no les trasmitirá la enfermedad.
Para ello, existen en el mercado productos de uso externo de acción preventiva como las pipetas para perros contra la leishmaniosis de Dixie que te ayudan a mantener alejado de tu perro estos insectos así como otros igualmente molestos y peligrosos, por resultar un riesgo para la salud de nuestro perro igualmente, como son las pulgas y garrapatas.
Las pipetas antiparasitarias contra la leishmaniosis tienen un triple acción antiparasitaria para controlar el ataque de mosquitos, pulgas, garrapatas y piojos. Compuesto a base de Permetrina en un 65% p/p, aporta un potente efecto insecticida y repelente, especialmente contra el mosquito flebótomo, causante de la trasmisión de la leishmaniosis. Estas pipetas antiparasitarias contra la leishmaniosis tienen una acción protectora de unas 4 semanas, por lo que resulta aconsejable utilizar una al mes, al menos en las épocas más propensas a los mosquitos.
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